Además de las propias barreras físicas epiteliales el sistema inmunitario es el responsable de la defensa del organismo y comprende el sistema inmune innato y el sistema inmune adaptativo. El supone la primera línea defensiva inmunológica ante la que se enfrentan los microorganismos y antígenos extraños y está integrada por macrófagos, neutrófilos, células dendríticas presentadoras de Ag (CPA), componentes del complemento y linfocitos NK (natural killer). Cuando estos los agentes infecciosos logran sobrepasar esta defensa se encuentran con el sistema inmune adaptativo que actuando en estrecha colaboración con el sistema inmune innato, genera una respuesta mucho más específica, rápida y selectiva frente a una gran cantidad de distintos Ag, y que a su vez se compone de una respuesta humoral formada por los LB productores de Ac o Ig (Ig G, Ig M, Ig A, Ig E) y respuesta celular formada por los LT (LTCD4+ o cooperadores y LTCD8+ o citotóxicos).
Es fundamental conocer que toda esta compleja red defensiva no se muestra aislada entre sí sino que existe una intercomunicación celular permanente y mantenida a través de moléculas que actúan como mensajeros químicos (citoquinas, interleucinas, interferón, etc) y de la existencia de múltiples receptores de superficie o ligandos específicos para cada antígeno o molécula extraña. Y lo más notable es que funcionan sin que nosotros demos ninguna orden. Por eso es tan importante realizar análisis hematológicos, estudio microscópico de los frotis sanguíneos, de la médula ósea y órganos linfoides para interpretar esta información que nos aporta el sistema inmunitario.
Deja tu comentario